Restauración del Señor de los Temblores
El año 2005, devotas del Señor de los Temblores
fueron avisadas, por los cuidadores
del Taytacha, de severos daños en la escultura.
Las devotas iniciaron sus gestiones y
solicitaron la restauración del Taytacha al
Instituto Nacional de Cultura, petición que
encontró la acogida de su director, el antropólogo
David Ugarte Vega Centeno. Hechas las necesarias e indispensables coordinaciones
con monseñor Juan Antonio Ugarte, arzobispo del Cusco, y la Confraternidad del Se-
ñor de los Temblores, el Taytacha fue llevado al taller de restauración y conservación del
Instituto Nacional de Cultura. El recorrido fue apoteósico, de pleno fervor popular, puesto
que nunca antes se había visto algo parecido. En las poblaciones de la ruta salían los devotos
a saludar al Cristo a su paso por el lugar con grupos musicales y danzas. También
sacaron las imágenes patronales y de culto de los templos, […] para saludar al Taytacha7
.
Una vez que ingresó al taller de restauración del INC, quedó al cuidado y tratamiento de los expertos, que le prodigarían su arte y su ciencia. Durante el proceso acudían delegaciones de devotos al taller, para comprobar la restauración. Una vez concluida esta tarea, el Señor de los Temblores retornó a la Catedral, en medio de expresiones de fe colectiva y alegría por haber “sanado” el Taytacha. En el proceso se verificó que el tórax es de tela encolada y otros materiales de la región, confirmando así que fue obra de artistas locales. En el tórax se encontraron cartas que merecieron un análisis especial. Imelda Vega-Centeno, la única antropóloga que tuvo acceso a ellas, publicó el resultado de su estudio en la Revista Andina en el 2006 8 . Expresiones de esta naturaleza son tema del folclor escrito. Efraín Morote las denominó cartas a Dios. Las misivas halladas en el Taytacha se introdujeron por la herida del costado del tórax; son sesenta cartas y la más antigua data de 1782. La restauración del 2005 fue la segunda del Señor de los Temblores. En 1980 fue restaurado por el artista y restaurador cusqueño Jesús A. La Torre, que explicó los detalles del proceso en su libro Restauración y conservación de la historia de la cultura cusqueña.
Una vez que ingresó al taller de restauración del INC, quedó al cuidado y tratamiento de los expertos, que le prodigarían su arte y su ciencia. Durante el proceso acudían delegaciones de devotos al taller, para comprobar la restauración. Una vez concluida esta tarea, el Señor de los Temblores retornó a la Catedral, en medio de expresiones de fe colectiva y alegría por haber “sanado” el Taytacha. En el proceso se verificó que el tórax es de tela encolada y otros materiales de la región, confirmando así que fue obra de artistas locales. En el tórax se encontraron cartas que merecieron un análisis especial. Imelda Vega-Centeno, la única antropóloga que tuvo acceso a ellas, publicó el resultado de su estudio en la Revista Andina en el 2006 8 . Expresiones de esta naturaleza son tema del folclor escrito. Efraín Morote las denominó cartas a Dios. Las misivas halladas en el Taytacha se introdujeron por la herida del costado del tórax; son sesenta cartas y la más antigua data de 1782. La restauración del 2005 fue la segunda del Señor de los Temblores. En 1980 fue restaurado por el artista y restaurador cusqueño Jesús A. La Torre, que explicó los detalles del proceso en su libro Restauración y conservación de la historia de la cultura cusqueña.
Restauración del Señor de los Temblores
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